Para esta nueva tarea del MOOC "Cultura Maker en el Aula", sobre el análisis de una noticia relacionada con la impresión 3D, me he decido por un pequeño reportaje emitido por LaSextaTV, en el que aparecen unos niños de Educación Primaria, junto con algunos de sus maestros, trabajando con esta herramienta.
Lo que más me llama la atención es el, al parecer, cada vez mayor auge de la aparición de estas herramientas tecnológicas en nuestras aulas, aunque también habría que decir que casi la mayoría de centros que apuestan por estas herramientas suelen ser centros concertados o privados, principalmente por el coste que puede tener una impresora de estas características.
Un aspecto novedoso sobre el uso de esta herramienta en el aula es el que quede incluida como parte de proyectos interdisciplinares, y pueda ser usado por los alumnos. Hacer uso de una impresora 3D para crear el producto final de un proyecto en el que se vean inmersas diferentes áreas, como Matemáticas, Plástica, Ciencias de la Naturaleza o Ciencias Sociales (Historía, Geografía...), etc., pone de relieve que al final el proces de aprendizaje de nuestros alumnos debe tener un fin significativo para ellos, y que mejor que crearlo.
Las repercusiones en un futuro próximo creo que son todavía inimaginables. Hoy en día podemos pensar que ninguno niño sabe a ciencia cierta a que se dedicará en un futuro, pero lo que sí es cierto es que la mayoría de profesiones tendrán relación con el manejo de algún tipo de tecnología, y muy posiblemente el uso de impresoras 3D pueda ser una de las habilidades más requeridas para esas profesiones. Poder darle al niño la oportunidad de familiarizarse con esta tecnología es ofrecerle ya un acercamiento a lo que puede ser su futuro. Crear prótesis para personas discapacitadas, objetos médicos, utensilios para la vida cotidina, etc., pueden ser algunas de sus utilidades en el futuro (ya presente), y serán nuestros alumnos quienes tengan que hacerlo.
El principal cambio que puede tener el uso de esta herramienta en la vida de las personas es que se le puede brindar al usuario de las mismas la posibilidad de crear objetos que le sean necesarios para su propia vida diaria, sin necesidad de tener que acudir, en la mayoría de los casos a determinados centros específicos donde ya estén creados y sólo tengan que comprarlos para consumirlos, aunque evidentemente aquello repercuta en la disponibilidad de tiempo para poder generarlos y diseñarlos. Aunque también, a partir de esa propia filosofía del "DIY" (do it yourself -hazlo tú mismo-), se crearían también más puestos de empleo autónomos, o bien la gente podría crear redes de intercambio de objetos creados por ellos mismos.
Evidentemente la aplicación de esta teconología en el aula tiene un alto nivel de posibilidades. Desde la creación de materiales u objetos para la creación o desarrollo de proyectos, o bien incluso como producto final de los mismos. Además, el que para poder diseñar y crear objetos 3D, haga falta la interacción desde diferentes áreas de conocimiento, como Matemáticas, Plástica, etc., y se tengan que crear en base a proyectos interedisciplinares, hace que la filosofía maker cobre más razón para introducirla en el aula.
Me gustaría terminar toda esta exposición de motivos y razones con este artículo de Antonio Gómez.