domingo, 17 de febrero de 2013

Sobre la gran mentira de unas oposiciones "chapuceras" y "recaudatorias" (Carta a la Consejera de Educación)

Excma. Sra. Doña María del Mar Moreno Ruiz,
Consejera de Educación de la Junta de Andalucía

Cádiz, 17 de febrero de 2013

Me dirijo a Usted en referencia a la oferta de empleo público que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, de la que es Usted la máxima responsable, ha dado a conocer en estos últimos días, y la cual se hará oficial en las próximas fechas cuando ésta sea publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.

No soy más que un maestro. Un maestro opositor (un eterno opositor diría yo). Ni siquiera soy interino con tiempo de servicio. Tampoco pertenezco ni estoy afiliado a ningún sindicato ni partido político. Soy uno más de los que espera que, en algún momento, tanto a mí como a otros muchos tantos como yo, se nos dé la oportunidad para poder demostrar si somos, o no, buenos docentes, y sin que esto lo tenga que decidir la letra de un examen o la capacidad de memorización y reproducción verbal de no más allá de una hora. A fin de cuentas soy un ciudadano más, eso sí, un ciudadano afectado por esta medida, y como tal, como simple ciudadano, también creo que se nos debe escuchar.

Mi única intención es hacerle saber, y que sea conocedora, de mi personal descontento con la decisión que, desde la Consejería de Educación, ha tomado la Junta de Andalucía de convocar unas oposiciones a maestros con tan escaso número de plazas, y que, desde mi humilde opinión, considero no es más que un arma política y a la cual no le encuentro sentido lógico alguno (bueno sí, quizás cierto afán recaudatorio), explicándole a continuación el porqué de todo éste mi sentir.

En varias de las entrevistas publicas en diferentes medios de comunicación escritos a lo largo de estos dos primeros meses del año en las que a Usted se le preguntaba en ocasiones por el verdadero estado del sistema educativo andaluz y sobre la posibilidad de convocar o no oposiciones para este año, defendía y hablaba de la gran necesidad de personal docente de nuestro sistema educativo (recordemos utilizando sus propias palabras, “el de mayor crecimiento nacional”), sin olvidarnos tampoco, que en algunas de esas declaraciones, eran continuas sus manifestaciones en contra de la medida de tener que aplicar el 10% de la tasa de reposición para profesores y maestros. Pero viendo cómo se vienen haciendo las cosas desde la Consejería, no me queda más que decir que Usted, como responsable de la Consejería de Educación, y como parte del Gobierno de nuestra comunidad autónoma, no es más que una gran demagoga, y a las siguientes reflexiones me remito.

Es de sabido que realmente las necesidades de personal docente en Andalucía son grandes, ahí estoy con Usted, pero, si tan necesarios somos, ¿por qué motivo las listas de sustitución no se mueven al mismo ritmo del que se van produciendo las bajas? Perdone que le diga pero creo que en este aspecto nos están mintiendo, tanto a los ciudadanos como a los propios docentes.

Por otro lado, si Usted (junto a la gran mayoría de sindicatos, otro ente político del que también se podría hablar largo y tendido) está en contra de aplicar el 10% para cubrir las plazas vacantes, ¿por qué lo aplica? ¿Conoce Usted la gran cantidad de maestros que están en las bolsas de sustitución esperando a ser llamados? ¿No cree Usted que de esa forma, haciendo “correr” las listas de sustitución, también está fomentando el empleo? Un empleo que, sí, ciertamente, no es estable como el que todos quisiéramos y deseáramos, pero que, al menos, podría estar en acorde a las necesidades del sistema. No sé, quizás peco de desconocimiento y carezco de habilidades de gestión política, pero, ¿no sería más beneficioso para todos que, durante estos años de “crisis” o “recesión”, como bien quiera llamarle, en los que nos debemos de ajustar a los mandatos de un “Gobierno Superior”, no se convocaran oposiciones y que dentro de unos años se hiciera una muy buena oferta de empleo sumando todas las plazas que, bajo ese 10%, han ido correspondiendo año tras año haciendo tal y como han hecho este año al sumar a las de primaria las plazas de secundaria? Mientras, las plazas las podrían ocupar, o cubrir, personal docente interino, ¿no cree?

Si no le gusta aplicar el 10% de la tasa de reposición, no la aplique, y si cree que se necesitan maestros y profesores, contrátelos, somos muchos los interinos (y quizás, hablando de temas económicos, salgamos más baratos). Pero no juegue con la doble moral del que está en contra de tener que tomar unas medidas que no le gustan pero que al final las toma porque debe hacer lo que le dicen, porque entonces permítame que de nuevo la llame demagoga, y ahora también mentirosa. Pero es que además, le recuerdo que Andalucía es una Autonomía con competencias en Educación, y Usted, como responsable de Educación en Andalucía, y bajo sus propias ideas y su moral, puede hacer lo que mejor crea para su Comunidad, sin tener que acatar lo que le impongan, sin tener que entrar Usted en el juego al que dice no querer entrar pero al que sí ha entrado, ya que al final Usted ha considerado que debe reponer el 10% de las bajas que se producirán este año sin creer en ello, porque Usted está en contra y lamenta poder convocar sólo el 10% de las plazas, ¿verdad? (al menos eso ha dicho, sin ir más lejos, en su último comunicado, ¿no?), pero al final lo hace.

Pero bueno, como se suele decir, “a lo hecho, pecho”. Usted ha creído conveniente que se deben convocar oposiciones y así lo ha hecho. Ahora eso sí, ¿es consciente Usted de la situación tan precaria que supone convocar este tipo de oposiciones teniendo en cuenta la gran cantidad de aspirantes que podemos presentarnos? No sé si desde la Consejería de Educación se han parado a pensar en lo “chapucero” que podría resultar esta convocatoria, en la que además se podría estar intuyendo, como bien dije antes, cierto afán recaudatorio. Y para ello le planteo ciertas situaciones…

1. Comenzaré hablándole del escaso número de plazas por especialidad, concretando más específicamente en la mía, Educación Física.
Usted ha considerado que deben ser 50 las plazas a ofertar para los especialistas de Educación Física, pero, ¿sabe cuántos tribunales hubo para esta especialidad en la última convocatoria? Pues bueno, le evito tener que acudir a la hemeroteca, fueron 34 tribunales. Esto quiere decir que, si somos el mismo número de opositores y nos dividen en el mismo número de tribunales, la ratio plazas/tribunal sería inferior a 1´5. ¡Patético!
Evidentemente podrían hacer los tribunales más numerosos para que se alcanzaran las 2 o 3 plazas por tribunal, pero claro, eso significaría que, de principio, los miembros de los tribunales tendrían más trabajo (casi el doble) en cuanto a opositores a quienes evaluar, pero además, recuerde que este año los exámenes ya son el doble a corregir: el examen teórico se compone de dos partes, un tema, como venía siendo de costumbre, y además supuestos prácticos; y en la parte oral (defensa y exposición de una Programación y una Unidad Didáctica), los interinos no cuentan con “el beneplácito” de no tener que hacer la Unidad, ya que la norma expresa que en este proceso selectivo los interinos no presentarán el “famoso informe” con el que, hasta ahora, se “ahorraban” el tener que exponer la Unidad Didáctica, es decir, a los interinos también se les examinara del doble en esta parte.
Está claro que, ante esta situación, y sobre todo que al ser este año los exámenes eliminatorios, no todos pasaremos la primera parte, y que no todos tendremos que realizar la segunda, pero, siendo a veces “malpensados”, no me equivocaría si, entre mis hipótesis y conjeturas, me atrevería a decir que, si los tribunales son numerosos, seremos muchos los que caigamos “a las primeras de cambio”, para así hacerles más llevadero el proceso selectivo a los miembros del tribunal.

2. ¿Qué pensaría, y sobre todo cómo se sentiría, si después de años de sacrificio y estudio, Usted, poniéndose en el lugar de una opositora, lograra obtener una calificación media de 10 en la oposición pero se quedara sin plaza en detrimento de otro opositor que con un 5, sí lo ha conseguido por el simple hecho de ser interino y llevar trabajando para la Consejería ciertos años? O lo que es peor, ¿cómo se sentiría si, habiendo sacado ese 10 de nota media, Usted se encuentra en la lista de sustituciones detrás de gente que ni siquiera ha aprobado las oposiciones o que en mitad del primer examen se ha levantado y ha abandonado el aula sin terminarlo?
Pues mire, estas situaciones se pueden saber, ¿sabe?
Con el actual sistema de acceso a la función pública, un interino tiene muchísima más ventaja para poder acceder a un puesto de trabajo que un opositor que, por causas del destino, se haya quedado, quizás, a escasos días u horas de ser llamado para alguna sustitución, o que ni tan siquiera viera posible que le llamaran a lo largo del año pero que al menos había demostrado, en anteriores convocatorias, poseer ciertos conocimientos que le permitirían acceder a ese puesto de trabajo.
Le estoy hablando en parte el famoso decreto 302, ya derogado.
Como bien debe saber, tras fuertes presiones de los sindicatos, y sobre todo por parte del amplio colectivo interino, este decreto, que regulaba entre otras cosas la ordenación de la lista de interinos, fue derogado. En él se entendía que los aspirantes a maestros y profesores que no hubieran conseguido su plaza en los procesos selectivos y que debían ser los que conformaran las bolsas de sustitución, debían de ser ordenados según la nota que hubieran sacado en sus exámenes de la oposición, algo enteramente lógico, sobre todo si lo que se pretende es tener a los mejores maestros o profesores. Pero no, al final esas presiones hicieron retroceder a la Consejería de Educación y derogar el decreto para volver a ordenar de nuevo a los aspirantes a interinidad por el tiempo de servicio prestado a la Administración, es decir, de nada podía servir que hubieras demostrado ser de los mejores de tu tribunal si no tenías al menos un día de trabajo, o de experiencia docente, como les gusta decir.
Vamos, en resumen, si sacabas por ejemplo un 9´75 y no tenías tiempo de servicio te quedabas detrás de otros muchos opositores que, incluso con los exámenes suspensos, tenían algún día trabajado para la Consejería haciendo sustituciones. Sé de casos que estaban en la lista de interinos más allá del puesto 300 con notas muy altas y la gente que estaba entrando siendo llamada para sustituciones no llegaban ni al 4.
Pero bueno, ¿qué cree Usted que podría ocurrir este año a este respecto de las listas de sustituciones con las penosas condiciones de la oferta de empleo que ha anunciado? Muy sencillo, que alguien con un tiempo de servicio no muy alto, incluso le podría decir que escaso, por ejemplo de un día, se podría levantar del examen y desistir de continuar haciéndolo pensando que la plaza está muy complicada y asegurándose al menos que puede ser llamado, y dejando así además sin ningún tipo de opciones a los opositores que, sin tiempo de servicio, intentan buscar al menos colocarse en una buena posición para que sean llamados al curso siguiente.
Así bien, ¿qué esperanzas podrían tener estos últimos opositores si, aunque sacaran unas magnificas notas, sus “magníficos” compañeros con tiempo de servicio van a permanecer en las listas por delante de ellos y para colmo las listas no se mueven, es decir, hay pocas sustituciones?, pues ninguna, ninguna esperanza.
Y he aquí el conflicto de “la excelencia del docente”, es decir, de qué le serviría a un interino con cierto tiempo de servicio el prepararse unas oposiciones si la nota, por muy bien que lo intente hacer, no le va a servir de nada, ya que, “al pagarse tremendamente cara” las escasas plazas, lo que le servirá para que lo llamen al siguiente curso será su tiempo de servicio. Pues ya imagínese la desmotivación que podría suponer para alguien que lo quiere intentar por primera vez, o para alguien que lo lleva intentando muchos años y aún no ha trabajado ni un solo día.
Hoy en día, con nuestro sistema de acceso, no sirve de nada ser el mejor ni ser el que más conoce de una materia, lo que más sirve es haber formado parte ya de la Administración. Por lo tanto, mi pregunta es, ¿para qué sirve el esfuerzo y las horas de preparación de unas oposiciones si no es recompensado? Hay gente que podría obtener su plaza sin ni haber demostrado ser el mejor.

3. Pero, y si además de todo esto, le digo que, debido al escaso número de plazas en ciertas especialidades se podría dar un trasvase de interinos con tiempo de servicio a otras especialidades, empobreciendo la calidad de la enseñanza…, ¿qué pensaría?
Le pongo un ejemplo.
Para la especialidad de Inglés se van a convocar, según su comunicado, 25 plazas, siendo lógico poder llegara a entender que será muy, pero que muy, complicado poder obtener una de esas escasas plazas, pero por otro lado también se sabe que son muchos los aspirantes y sobre todo los interinos que forman la bolsa de sustituciones.
Pues bien, imagínese la gran cantidad de interinos que puede haber que piensen que obtener una plaza es relativamente difícil porque hay otros muchos interinos con mucho tiempo de servicio que se podrían hacer con esas plazas. Pero no sólo eso, sino que además puedan pensar que permanecer en las listas de sustituciones podría llevarles a la desesperación de tener que estar esperando y esperando día tras día a que se vayan produciendo cierta cantidad considerable de bajas para que se vayan cubriendo éstas a cuenta gotas, y en el mejor de los casos con cierta escasez, hasta que les llegue su turno.
Así que claro, puede que haya gente que piense que para estar en una bolsa de trabajo de una especialidad que no se mueve, se presentan por otra, como total lo que les cuenta es el tiempo de servicio y no la nota de examen…, pues allá que se van.
Imagínese así a un especialista de inglés que tiene bastantes años de servicio pero que piensa que no lo van a llamar porque las sustituciones no se están cubriendo como debieran… ¿qué podría hacer?, pues podría presentarse a otra especialidad en la que considerara que, gracias a su tiempo de servicio y no a su preparación, le fueran a llamar antes.
Esto también podría ocurrir con especialidades que no se convocan (como podrían ser los casos de Francés o Alemán), y cuyos docentes tienen mucho tiempo de servicio pero ven peligrar sus puestos de trabajo porque se estén cerrando esas especialidades en algunos de los colegios de la Comunidad en los que se dan estas asignaturas o áreas. Piense por ejemplo de nuevo en un maestro de la asignatura de Francés con 4 años de experiencia docente que le dicen que para el año próximo se van a reducir los puestos de trabajo de esa especialidad y puede que no lo llamen en todo el año… ¿qué haría sabiendo que cuenta con esa gran cantidad, y ventaja por tanto sobre otros opositores, de tiempo de servicio y que hay otras especialidades cuyas sustituciones sí se están cubriendo…? Pues posiblemente presentarse por otra especialidad, porque evidentemente puede hacerlo ya que para ejercer de maestro, sea de la especialidad que sea, no se exige tener la titulación específica ni de especialista en la materia, tan sólo ser maestro, independientemente de la especialidad que se haya obtenido durante sus estudios universitarios. La pregunta es, ¿estaría tan preparado como el que realmente lo estudió?, es decir, en el ejemplo que le decía del maestro que viene de haber estado impartiendo francés durante 4 años, ¿estría éste capacitado como para poder dar clases de Educación Física o de Primaria, por ejemplo? Pienso que al menos se le debería de exigir la titulación de la especialidad, ¿no cree que sea lógico?

4. Ya sólo me queda exponerle mi idea de por qué entiendo que estas oposiciones tienen un trasfondo o afán recaudatorio.
Y es que considero que, tras todo lo que le he expuesto, al convocar oposiciones, en cierta medida ustedes están obligando a que, al menos los interinos con tiempo de servicio se tengan que presentar para que no pierdan su tiempo de servicio, y si ya de paso el resto de opositores también se presenta (para nada, desde mi punto de vista ya que las plazas van a quedar en manos de los interinos) pues más ingresos para la Junta de Andalucía, no dejándole de recordar que son las tasas a pagar por derecho de examen más elevadas de todo el Estado.
A este respecto tengo por cierto que decirle que, quizás sea extraño pero resulta curioso, en los últimos diez días las listas se han movido a un ritmo vertiginoso, estando a punto de comenzar a llamar a los primeros opositores de la bolsa sin tiempo de servicio. No sé, quizás hayan decidido finalmente que hay que cubrir las bajas porque el sistema educativo andaluz necesita docentes (asegurándose así con ello que haya más interinos que se tengan que presentar a las oposiciones -afán recaudatorio-).

Evidentemente, tras todas estas palabras con las que le intento exponer mi singular punta de vista y con las que defendiendo que considero que esta convocatoria es una autentica vergüenza, y sin esperar, está claro, su respuesta porque creo que ésta no llegará ni que mucho menos le interese lo que le he escrito, no pretendo más que pedirle que deje de mentir. Le pido que no juegue con el gran número de opositores que ven en unas oposiciones una oportunidad o salida laboral, pero sobre todo que no juegue más con el sistema educativo andaluz, que si ya de por sí no está en sus mejores momentos, no creo que haga falta que se haga demagogia barata con su situación.

Sí, hacen falta maestros, pero ya los tiene, mire la cantidad de personas que conforman las listas de interinos de todas y cada una de las especialidades, pero por favor, hágame ahora el favor, si se atreve, de negar que detrás de esta convocatoria no existan intereses electoralistas ni de afán de recaudación.

Si tanto quiere y defiende al sistema educativo andaluz, haga lo mismo con los que, en cierta manera, formamos parte de él, y cuídenos, porque quizás pueda estar perdiendo a la generación de docentes mejor preparados de todos los tiempos en Andalucía, ya que muchos podríamos estar pensando en buscar nuestro futuro profesional lejos de nuestra región, e incluso de España. Pero no olvide que esta generación de docentes la han venido pagando todos los andaluces año tras año invirtiendo parte de sus impuestos en la preparación de las mejores profesionales de la enseñanza para que las futuras generaciones venideras cuenten con el mejor sistema educativo posible.

Recuerde aquel lema de la campaña de la Consejería de Educación del año 2011 que decía, “detrás de cada persona hubo un día un gran maestro”. Pero no olvide que quizás, de seguir así las cosas, serán pocas las personas que puedan decir que ese lema fue una vez cierto en su día.

Atentamente,
Abraham López Morales