Esta última actividad del bloque 2 del curso "Alimentación y Nutrición para una Vida Saludable" tiene por objeto la reflexión sobre los contenidos trabajados en el mismo, y para ello nos presenta una pequeña batería de preguntas para que esta tarea sea más sencilla.
¿Por qué es importante la educación del gusto?
Creo que el principal problema que tenemos hoy en día en los colegios es la falta de sensibilización sensorial, a muchos niveles. Niños que nunca han visto en casa cierto tipo de fruta, por ejemplo, o que no saben a lo que sabe ciertos alimentos, o incluso que desconocen el origen de los mismos.
Desde mi opinión creo que como docentes también debemos hacer lo posible para que esta falta de acercamiento a la realidad sea cada vez menor, y deberíamos apostar cada vez más por cierto tipo de trabajos, proyectos o experiencias que acerquen a los niños a la realidad que consumen. Deberíamos crear huertos escolares o poder acercarnos a granjas de la zona y consumir sus productos. Padres y maestros deberíamos también buscar la manera de que nuestros alumnos conozcan "de primera boca" los sabores, olores y texturas de las frutas y otros productos. Jugar con las frutas (y sus colores) de temporada, por ejemplo sería muy interesante, llamativo y motivante para nuestros alumnos. Decirles que pinten cuadros (bodegones) con productos típicos de nuestra tierra, o de la temporada en el que estemos, y que analicen, por ejemplo qué tipo de colores predominan, podría ser bastante curioso para ellos.
Imagen by artecontusmanitas.wordpress.com
¿Crees que tus alumnos son conscientes de que hay que aprovechar los alimentos?
Sinceramente no. En el día a día veo cómo los alumnos tiran a la basura bastantes sobras de bocadillos, de piezas de fruta, etc., y en parte creo que es porque desconocen el valor que pueden tener esos alimentos. Por otro lado, creo que otra razón podría estar en el desconocimiento de cómo ellos (los alumnos) pueden ayudar en casa para elaborar ciertas recetas que les permitan aprovechar las "sobras" de las comidas. Por ejemplo, si les enseñamos que con las sobras del bocadillo de jamón de york podemos hacer una pizza para cenar, muchos de los alumnos quizás puedan guardar esos restos para aprovecharlos para la noche. O lo mismo podría ocurrir con alguna pieza de fruta, que podría añadirse a alguna ensalada, por ejemplo.
¿Qué has aprendido del etiquetado de alimentos? ¿Realmente es importante que los alumnos conozcan cómo se etiquetan los alimentos?
En cuanto al tema del etiquetado, lo más importante o interesante creo que no sólo es el conocer cómo se etiquetan los productos, sino qué información podemos obtener de ello. Por ejemplo, ¿qué quiere decir que un producto, pongamos un batido, tenga más o menos hidratos de carbono? Y si tiene un exceso de azúcares, ¿qué alternativas tengo a mi disposición para poder reducir ese nivel de azúcar?
El problema creo que está en la buena interpretación de esos datos, y desde mi punto de vista eso es en parte un gran fallo de los propios maestros. Hoy en día saber leer no sólo debe ser el saber leer un libro, o una revista, o un problema de Matemáticas. Saber leer debe ser también saber leer Y SOBRE TODO INTERPRETAR esa información nutricional, por ejemplo, de los envases, y eso debemos hacerlo desde todas las áreas. En Lengua podemos obtener vocabulario interesante, en Matemáticas obtenemos datos, y en Ciencias de la Naturaleza conocemos los nutrietes, y ya, para finalizar, podemos incluso incluir a la Educación Física, que nos podría ayudar a conocer también los posibles efectos del sobrepeso.
¿Qué mitos y errores que podemos evitar y cómo crees que podemos hacer que nuestros alumnos se interesen por el tema?
Aquí creo que la investigación en el aula tiene que jugar un gran papel en el alumnado. A través de vídeos, revistas, etc., los alumnos pueden generar cierto debate sobre algunos aspectos relacionados con la alimentación, e incluso podemos pedirles que hagan investigaciones reales (trabajo de campo) en casa, con sus familiares, sobre ciertos hábitos alimenticios. Al fin y al cabo considero que todo es concienciación e implicación del alumnado en tareas que pueda llamarles la atención y les resulten motivantes.
¿Cómo puedes aplicar lo aprendido en el día a día con los alumnos?
En parte creo que a este pregunta le doy respuesta en las anteriores. Se defiende que el principal recurso de aprendizaje de los niños es el juego, y creo que ciertamente debe ser así cómo deben aprender. Algunos de los juegos mencionados más arriba, o la realización de trabajos de investigación podrían ser actividades que ayuden a trabajar con los niños la buena alimentación. La visita a algún mercado en el que puedan ver los productos de temporada, o el que familiares suyos vengan al centro a preparar algún tipo de desayuno saludable o alguna receta tradicional para que todos la puedan degustar, también podría servir para que los niños vayan poco a poco adquiriendo mejores hábitos alimenticios.
Como conclusión decir que la mejor manera para poder concienciar a nuestros alumnos sobre una correcta alimentación debe estar en la consonancia del trabajo en casa y en la escuela, pero sobre todo en la búsqueda de motivación e implicación del alumnado en todo aquello en lo que se pueda involucrar, como por ejemplo en la preparación de platos sencillos. Algo que verdaderamente les haga sentirse parte activa del aprendizaje. ¿Por qué no cocinar o preparar platos sencillos (desayunos) en el colegio? Esto les ayudaría a leer (seguir una receta), hacer creaciones o reproducciones de platos en base a diferentes imágenes y colores (plástica), aprenderían también Matemáticas (proporciones), y también, cómo no, Ciencias de la Naturaleza.
Jugar a cocinar y a aprender a comer bien, si queremos, forma parte también del currículum.
No hay comentarios:
Publicar un comentario