lunes, 19 de marzo de 2012

Sobre la incompetencia de algunos de los nombrados competentes.


Continuando con mi “pataleta”, me gustaría hacer una reflexión sobre cómo algunos interinos pasan de eso, de ser interinos, a ser nombrados maestros o profesores. Y es que resulta indignante que opositores con muy altas calificaciones en las oposiciones, algunas de ellas cercanas a la perfección, se queden sin plaza y que ciertos señores (gobernantes y sindicatos), que lo único a lo que se dedican es a tirar una pelotita contra la pared mientras piensan cómo fastidiar un poco más el asunto, no les permitan ejercer la profesión que tanto ansían.

La razón de esta “sinrazón”, es que otros opositores demuestran ser mejores docentes al obtener calificaciones medias tan “impresionantes” como algún 3,5; 2,5 o incluso 1,43 (y estos son datos reales), sobre una nota media final en los exámenes de 10. Estos “grandes” maestros o profesores, consiguen su plaza basando sus esfuerzos únicamente en hacer todo lo posible por mantenerse en una lista de sustituciones durante muchos años, siendo el único criterio para estar en ella eso, simplemente, estar en ellas.

Tras presentar como mérito su dilatada y extensa experiencia docente (y ojo que lo es, sinceramente así lo defiendo), y tan sólo con presentarse a examen, cualquiera de estos “expertos” interinos puede obtener una puntuación total final que le haga colocarse, dentro del grupo de opositores de su tribunal, como uno de los “elegidos” para encargarse, por pleno “derecho”, de la educación de nuestros hijos.

Parece mentira pero es así de cierto, y así se lo permite un sistema de acceso que cada vez prima más al opositor con tiempo de servicio sobre aquel opositor que demuestra tener y dominar los conocimientos científico-técnicos o teóricos de la materia a la que opta.

Me parece una aberración y un atentado contra la honestidad y credibilidad del colectivo docente, permitir que gente “tan” preparada forme parte de él. ¿Qué credibilidad puede tener un maestro o profesor, y cómo podemos creer en él, si ha demostrado que sus conocimientos teóricos de la materia que está impartiendo no son suficientes? ¿Qué puede enseñar a un alumno un maestro cuya nota no alcanza un nivel mínimo aceptable con la que, al menos, poder otorgarle el beneficio de la duda y pueda educar a nuestros alumnos?

Por eso no entiendo que gente cuyas notas de oposición no alcanzan en ocasiones ni el 4 (sobre diez), puedan llegar a convertirse en la fuente de conocimientos de nuestras futuras generaciones obteniendo su plaza en un concurso-oposición que más que eso parece la repartición de la herencia de algún familiar rico y bien posicionado (porque luego se habla de enchufes en la administración, y en algunos casos no hay mejor enchufe en el sector de la docencia que ser interino y pertenecer a algún sindicato).

Ante estas “magnificas” notas, siempre está quien responde con aquello de “es que siempre se puede tener un mal día”, claro compañero, un mal día se puede tener, pero “criatura”, los exámenes de las oposiciones suelen ser varios días, y que mala suerte hay que tener para que siempre que te presentas a las oposiciones tengas varios malos días (porque para que la nota media de los exámenes te dé un 1,52…, los exámenes han tenido que pillarte en varios días malos, ¿eh?, contando incluso que, hasta ahora, tenías un 10 casi asegurado por presentar el informe de la Unidad Didáctica, lo que también hacía que te quitaras una de las pruebas). En fin, hagan ustedes mismos sus cálculos… (Tres pruebas, y en una de ellas tienes un 10 asegurado, ¿qué notas habrá sacado en los otros dos para que la media no le llegue ni al 4…?).

Ah, pero bueno, no te preocupes, es cierto, tienes toda la razón amigo interino. Todo el mundo puede tener un mal día, es más, yo mismo tuve varios malos días. Fueron tan malos que tan sólo puede sacar un 9,75. En fin…, qué cara más dura pueden llegar a tener algunos para hacerte comentarios así o darte ese tipo de explicaciones.

A raíz de todo esto quiero hacer de nuevo la pregunta que me hice antes, y dejarla por escrito para que quien quiera reflexione sobre ella y se dé a sí mismo una respuesta… ¿Cómo podemos permitir que haya maestros enseñando sobre materias de las que no tienen ni la más mínima idea?

Digo yo que si, durante 20, 15, 6, 2 años (o el tiempo que usted lleve como interino o interina), usted ha estado impartiendo una materia o asignatura, sería de bien entender que usted tuviera ya los conocimientos suficientes como para poder desarrollar y defender un tema de entre, al menos, tres de los salidos al azar ¿no? (o incluso, en función del número de temas, de hasta uno entre 4). Esto es tan simple como lo que alguien muy cercano a mí me dice, “Abraham, mientras yo enseño a mis alumnos yo voy estudiando y repasando parte de mi temario, y además me sirve para los supuestos prácticos”. Y es que verdaderamente es así de simple, si enseñas tienes que saber, y por poco que sepas, con la experiencia, debes ir sabiendo cada vez más.

Pero claro, ahora llega otra de las preguntas, y a la vez un gran problema, la experiencia… ¿qué es?, ¿quién la valora?, ¿quién determina que ese interino está haciendo realmente bien su trabajo o no?

Pues la experiencia para muchos de esos interinos que tanto presumen y alardean de ella, no va más allá de una tarea tan simple y sencilla como la de seguir un libro. Libros que en ocasiones no están contextualizados con la realidad que pueda presentar un centro concreto. Libros diseñados por grandes editoriales que lo único que hacen es, por lo tanto y desde mi punto de vista, poner en entredicho los conocimientos de los docentes, porque si tú tienes los conocimientos suficientes, ¿para qué necesitas un libro que dictamine y marque el camine que debes seguir para enseñar a tus alumnos? Pero además parece como si esos libros, o editoriales, sean los poseedores de la suprema verdad. Se convierten en el santo sanctorum del conocimiento (“¡sólo lo que dice el libro es verdad!”), y eso no es así. Cualquier realidad o problema, social o científico, puede tener infinidad de soluciones, y para llegar a ellas, no siempre se debe seguir un mismo libro, ya que de esa forma también estamos reduciendo la capacidad de investigación y la creatividad e imaginación de nuestros alumnos.  Debemos dar todas las alternativas posibles para que nuestros alumnos aprendan, ya que cada uno de ellos puede hacerlo de diferentes maneras, y eso no es más que la individualización de la enseñanza.

Para otros muchos, y entrando por ejemplo en el área de Educación Física que es la que más directamente me toca, la experiencia de un interino no es más que entregar materiales a los alumnos para que jueguen y así ocupen su hora de “gimnasia”, o bien seguir un fichero de juegos que elaboró durante sus años de estudios en la universidad o que ha conseguido a través de internet o en algún libro.

Pero lo más gracioso de todo es que esa “experiencia”, se asemeje o no a lo que la Junta pueda entender y desear por experiencia, sea buena o mala, idónea o no para el propio alumno o centro, nadie la valora, nadie corrige o se preocupa de si un interino está haciendo bien o mal su trabajo, al igual que ocurre con los maestros ya funcionarios, nadie evalúa continuamente y es capaz de exigir cambios o responsabilidades de la manera de enseñar. Todos nos equivocamos, pero cuando se trata de la educación de los más jóvenes y pequeños, debemos pensar que el mismo error durante años, se convierte en un problema, pero no para el docente, sino en un problema para el alumno. No podemos dejar que los maestros y profesores hagan lo que quieran mientras educan a nuestros hijos, hay que exigirles responsabilidades y pedirles que cambien su punto de vista de la educación pensando en lo mejor para sus alumnos, al igual que hay que agradecer, como no, y faltaría más, en otros muchos casos su buen hacer.

Menos mal que por fin la OCDE ha comenzado a cuestionar tanto la idoneidad del propio sistema de acceso como la “profesionalidad”, o incompetencia, de algunos de los nombrados “competentes” para ejercer la función pública docente, habiendo dejado una pequeña muestra de su malestar en el informe de un estudio realizado para el gobierno canario, y del que, para el que le interesa, dejo el siguiente enlace.

http://www.magisnet.com/noticia/11433/Profesores/ocde-cuestiona-idoneidad-sistema-funcionarial-docentes.html

miércoles, 14 de marzo de 2012

Agradecimiento y respuesta al "Maestro enmascarado".


TEXTO ÍNTEGRO DEL COMENTARIO REALIZADO POR "EL MAESTRO ENMASCARADO" EN RESPUESTA AL ARTÍCULO "SOBRE LOS QUE, PRETENDIENDO SER, NO DEJAN SER A LOS QUE QUIEREN SER", ENVIADO COMO CARTA AL DIRECTOR Y PUBLICADO EN EL DIARIO DIGITAL INDEPENDIENTE "ROTA AL DÍA", EL DÍA 11 DE MARZO DE 2012.

"Ánimo, Quijote, pelea valientemente contra los "Molinos de Viento". Tienes toda la razón. Puede que un examen no sea justo para determinar quién es mejor para desempeñar una labor tan importante, pero seguro que es mucho más objetivo que una sucesión de prebendas basadas únicamente en los años que llevan trabajando sin sacar las oposiciones y sin que nadie valore si lo haces o no lo haces bien; obligando así a todo el mundo que llega con la ilusión de quien acaba una carrera y está radiante de entusiasmo, a pasar por el aro. Esto es una Horca Caudina que impusieron una casta que siempre ha ido de sufrida y que a muchos y muchas ha servido para pasar al funcionariado con notas inferiores al cinco (sé de alguien con un 2,5), dejando brillantes examinandos con nueves y pico, incluso algún diez, para la próxima. Eso es lo que hay, la mafia de los interinos, la que los sindicatos oficiales no han tenido el valor de enfrentarse a ella y que ha permitido engendros corporativistas como el SADI y otros seudosindicatos amarillos. ¡Cuánto me alegraría que fueras tú quien empiece a remover esa lacra que tanto daño ha hecho a la educación en este país!" (Martes, 13 de marzo de 2012).

AGRADECIMIENTO Y RESPUESTA AL "MAESTRO ENMASCARADO"

Hola “Maestro Enmascarado”.

Gracias por sus ánimos y por apoyar y compartir mi sentir, y el que sé que es también el de algunos de mis compañeros y amigos más cercanos.

Realmente es indignante que haya opositores que con notas mínimas accedan a la función pública docente. El caso que cuenta de un opositor con un 2,5 es sólo uno de ellos, conozco otros más cercanos como el que ocurrió en el tribunal de mi hermana.

Ella se presentó a las plazas de Biología y Geología en las últimas convocatorias, sacando una de las mejores notas de su tribunal, pero se quedó sin plaza, en parte debido a que, entre otras, una profesora interina, con 15 años de tiempo de servicio, “deslumbró” al tribunal con una nota media de 1,52 (sobre 10, claro está).

Otro caso, más cercano, fue el de una compañera que se preparó conmigo. Esta señora (y lo digo por su edad, cercana a los 50), en ningún momento de nuestra preparación hizo comentario alguno de que ella había sido interina durante muchos años, y digo había sido porque, por ciertos motivos, los cuales jamás explicó, le habían expulsado de la bolsa de sustituciones. Pues bien, como digo, esta señora, recibió ayuda de todos nosotros como compañera que era, pero realmente lo que estuvo haciendo fue aprovechándose de todos sus compañeros para la elaboración de su programación didáctica, para escribir artículos que luego le pudieran computar como méritos, para desarrollar sus unidades didácticas, todos le dábamos consejos, etc., e incluso el preparador estuvo la noche anterior al día de la presentación de la programación y méritos terminándole la programación porque no sabía manejar un ordenador; en fin, lo que en biología se llama “parásito” (y lo digo con todo el respeto).

La nota de oposición de esta señora fue de 3,5, y sacó su plaza. Una “maestra” que no sabía nada. No sabía cuáles eran, ni siquiera, los bloques de contenido del área de su especialidad, Educación Física. Un maestra que, viviendo como vivimos hoy en día en la era de la tecnología e información, y siendo además todo esto contenido y herramientas casi indispensables en los colegios, no sabía ni utilizar un simple procesador de texto ni adjuntar un archivo a un correo electrónico.

Incluso es más, en un principio, el tribunal no le reconocía los años de experiencia, y tuvo que ser mi preparador el que, como buena persona, que lo es y doy fe de ello, y por simple lástima, hizo todo lo posible, moviendo cielo y tierra, para acudir, a través de los sindicatos, hasta al propio delegado de educación en Granada para que le reconocieran esos años de experiencia.

Por otro lado, es triste también, cómo usted cuenta, y realmente es así, que nadie, durante los años que un interino trabaja, valore si lo hace o no bien. Debería ser absurdo pensar que un inspector de educación de la Junta de Andalucía no esté continuamente evaluando la labor de esos interinos…, si al fin y al cabo piden, reivindican y exigen  los mismos derechos y privilegios, ¿cómo nadie valora su trabajo? Así nos va como nos va.

Le agradezco nuevamente sus ánimos, y me gustaría decirle que el principal motivo que me llevó a redactar “mis pensamientos” y hacerlos públicos a través de este medio de expresión y comunicación, fue el de intentar comenzar una “cruzada” y luchar para que mi voz débil, a la que poco a poco se le van uniendo más voces calladas de otros muchos maestros en mi misma situación y con pensamientos parecidos, llegue a los oídos sordos de quienes puedan solucionar o dar respuesta a esta situación, en ocasiones más cercana a alguna obra de teatro del absurdo de Miguel Mihura o Samuel Becket que a la propia realidad, absurda también porque no decirlo, en la que pretenden hacernos vivir bajo la palabra “honestidad”.

Es por ello que le pediría que nos ayudara, y se uniera si lo estima oportuna, a hacer que todos estos planteamientos no se queden en una simple “pataleta” de maestros, sin plaza ni tiempo de servicio claro está, decepcionados. Le pido ayuda o consejo porque sólo he podido levantar “nuestro grito mudo” a través de redes sociales y algún que otro periódico, pero en este último caso no he conseguido verlo publicado en ninguno de ellos, tan solo aquí y en un portal web, www.cartasaldirector.com. Por otro lado, me agradaría muchísimo poder saber quién es, y de esa forma poderme dirigir a usted por su nombre y apellidos para agradecerle tanto sus posibles futuros comentarios como su inestimable ayuda. Si así lo desea, puede contactar conmigo en mi correo electrónico abralom@gmail.com o en mi blog www.maestroabraham.blogspot.com. Muchas gracias y reciba un cordial saludo.

sábado, 10 de marzo de 2012

Sobre los que, pretendiendo ser, no dejan ser a los que quieren ser.

Llevo varios días muy atento a las continuas peticiones y exigencias de los interinos del sector de la enseñanza, principalmente, y de los sindicatos apoyando a éstos, y la verdad que me resulta indignante la forma de pensar y pedir las cosas. No sé cómo deberíamos tomarnos ciertos asuntos, pero hay ciertas actitudes que me dan que pensar en eso que Don Jesús de la Fuente Arias, Pedagogo, llamó "cultura de la excelencia" y la "motivación de logro".

Como bien se ha llegado a saber ya, e incluso a publicar, los interinos integrantes de las bolsas de trabajo de magisterio, sobre todo los llamados "no blindados",  llevan reivindicando desde hace mucho tiempo ciertos "privilegios" que desde mi punto de vista no son éticos ni morales.

En un principio se movilizaban para conseguir modificar el Decreto 302 por el cual se ordenaban las bolsas de trabajo, siendo la prioridad de esta ordenación con este decreto la nota de la oposición antes que el tiempo de servicio (sólo para los interinos que hubieran comenzado a trabajar a partir del 30 junio del 2010). Yo entiendo que son tiempos difíciles y que hoy en día todos intentamos estar cerca de un puesto de trabajo, e incluso muchos luchamos para acceder, cómo sea, a esos puestos, pero no entiendo que "se exiga" algo menospreciando el conocimiento o la preparación teórica de otras personas que, al igual que los interinos, están luchando por acceder a una plaza docente (incluso me atrevería a decir que en desigualdad de condiciones).

Los interinos, como bien he dicho, abogan porque su experiencia debe primar por encima de la nota obtenida en los exámenes, llamémosles "teóricos", de un concurso-oposición, ya que como bien dicen la experiencia es un grado, con lo que estoy totalmente de acuerdo, pero si es así, contémosle también la experiencia a los docentes de los colegios concertados, ¿no?, porque si se tiene en cuenta para los méritos, por qué no para la ordenación de bolsa, o ¿es que por trabajar en un concertado no son buenos profesionales?. Cuando hablo de esto la única respuesta que obtengo es "si hombre, ¿cómo va a ser igual alguien que está trabajando en un colegio en el que ha entrado a dedo a uno que se presenta a las oposicones?", y mi respuesta es siempre la misma, "¿estás valorando a esa persona por la forma de acceso al puesto de trabajo o por su profesionalidad como maestro/a o profesor/a?". Desde mi humilde opinión, creo que hay tan buenos maestros, como malos, en el sistema público como en el concertado, siendo además lógico que si los concertados están "cofinanciados" por la Junta se les valore de igual manera. Y si son tan malos y encima trabajan por "enchufe" y en parte se les paga con dinero público, ¿qué hacemos dejándolos trabajar?, yo no dejaría que un médico malo, poco profesional, se encrgara de la salud de mis hijos, y menos encima si le paga el gobierno.

Ahondando más en las razones por las cuáles los interinos "exigen" la prevalencia de la experiencia, encuentro que otra de éstas es la imposibilidad y la falta de tiempo para poder estudiar y preparar bien las oposiciones, ya que, como dicen, ¿de dónde se saca tiempo para estudiar mientras se trabaja en un colegio?, o como me dijo una compañera de la academia de idiomas, "pues mi novio está el 16 y para él es una auténtica putada que lo llamen para trabajar, porque ¿cómo se va a preparar las oposiciones ahora?". Realmente me da vergüenza tener que escuchar estas palabras, sobre todo de gente que ya está trabajando, aunque sea con una interinidad, por lo que muchas veces me planteo hacerles una pregunta "¿y cómo piensas que se las prepara una persona que se pasa desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde en una estación de esquí como Sierra Nevada dando clases como monitor de esquí, y que al terminar su jornada tiene que acudir a casa de alguna familia para dar un par de horas de clases particulares y así poder mantenerse él o ella y su familia?", o gente que se pasa horas trabajando de comercial porque no hay otra cosa, o en un supermercado. Esa es la realidad de muchos y muchas opositores/as, gente que, al no ser llamados de interinos y mientras esperan una llamada, se tienen que buscar la vida mientras que otros, ocupando el puesto que muchos ansiamos y deseamos, sólo se quejan de no tener tiempo para estudiar.

Además, siguiendo un poco con el tema de la experiencia, y a colación del trabajo como por ejemplo de monitor deportivo, de esquí, etc., también es curioso y gracioso escuchar hablar de experiencia a los interinos afectados por esa "ordenación injusta" del Decreto 302. Interinos que hay que recordar que como mucho habrían trabajado seis meses, ya que el Decreto afectaba a los que hubiesen empezado a trabajar a partir del 30 de junio de 2010, y la última convocatoria de oposiciones para maestros se publicó en marzo del 2011, por lo que el tiempo de servicio, si no me salen mal las cuentas, sería, como dije, de seis meses. Pues bien, digo que es gracioso escuchar hablar de experiencia a interinos con sólo seis meses de experincia docente, cuando seguramente habrá otros tantos aspirantes que, desde quizás los 16 años, estén trabajando con niños desarrollando programas deportivos, campamentos, actividades extraescoalres, etc., y muy posiblemente podrían demostrar una experiencia y trayectoria mucho más larga, dilatada y fructifera que incluso algunos de esos interinos llamados "patanegra". Y digo fructifera porque seguro que muchos de esos monitores deportivos, para mí, grandes maestros muchos de ellos, están trabajando en lo que les gusta, sin embargo, y lo que digo me consta, hay profesores y maestros cuya única preocupación es seguir acumulando tiempo de servicio para poder seguir acudiendo a un colegio cerca de casa, y para eso todo vale, tanto como que si para ello hay que atentar contra esas ideas pregonadas y defendidas desde la administración (y para mi como también debe hacer todo buen maestro) de coeducación, integración, etc. Me refiero a eso de llegar y dar un balón de fútbol a los niños o una cuerda a las niñas para que pasen la hora de "gimansia" jugando, porque total, "para diez días que voy a estar aquí...". Estos sí que son buenos profesionales, ¿verdad?, los de los concertados no, esos no tienen ni idea (es ironía).

Me hace gracia también escuchar y seguir los comentarios de los interinos porque sobre todo me hace ver lo hipócrita que es la gente. Me supera eso de escuchar lo de "hombre es que no hay derecho ni es justo que un niño de 22 años recién salido de la facultad se saque la plaza, porque claro, viviendo en casa de sus padres, sin cargas, ni gastos..., y con todo el tiempo del mundo para estudiar...". Veamos, ¿cuántos de los que están en las listas de interinos no han tenido la suerte, la gran suerte, de poder contar, en algún momento o mejor dicho durante un curso o varios, con el apoyo de sus familias para enfrentarse a unas oposiciones?. Muchos de los que están ahí, en algún momento han vivido con sus padres mientras se preparaban sus oposiciones, y me atrevería a decir que, aún así, sigue habiendo muchos que lo continuan haciendo. Es más, tendríamos que agradecer a nuestras familias y parejas, el esfuerzo y sacrificio que han hecho, y en algunos casos siguen haciendo, para que sus seres queridos, opositores, tengan como única preocupación y principal objetivo su estudio.

Continuando con mi "sondeo" del estado de salud del coelctivo interino, para colmo descubro que otra exigencia es la reincorporación a las listas del personal que fue expulsado por no haber superado los exámenes, es decir, de los suspensos, y lo veo lógico, pero no lo comparto. Veo lógico que si ahora prima la experiencia, este personal exija volver a ser incluido (ya que en esos casos no se les ordenó por tiempo de servicio, y ahora sí debe ser así). Pero por otro lado, como digo, no lo comparto, ya que, junto con esta decisión, la Junta ha dado el "privilegio" (llamémosle así) de seguir manteniendo en bolsa a todo aquel aspirante interino que suspenda alguna de las partes de los exámenes. Es decir, "amigo interino.., aunque saques un cero se te asegura trabajo antes que el aspirante que, aún habiendo sacado un diez de nota media, no haya sacado plaza, así que haz como Lázaro, levántate y anda".

Ante esto me cabe una pregunta, ¿cuántos interinos, sabiendo esto, no se levantarán de su asiento (eso sí, después de dejar pasar el tiempo pertinente) y abandonarán el aula de examen? Posiblemente lo hagan delante de gente que, a diferencia de ellos, no cuenta con ese "beneplácito" de la Junta y está luchando nuevamente por una plaza de maestro o profesor desde el mismo día siguiente al de la publicación de la última lista final de aspirantes que consiguieron su plaza, y en la que claro está no estaban incluidos. A ver también ahora lo que tardan en "exigir" que se les devuelva el "derecho" a poder presentar el conocido "informe" y sustituirlo por la exposición y defensa de la Unidad Didáctica en la pruaba oral, porque claro, es muy fácil, ya que si presentando una Unidad Didáctica en tan solo diez folios se obtiene un 10... Así como no se va a hacer lo que sea para recuperar de nuevo ese derecho (eso sí, a saber quien les hace ese "informe" o de dónde lo sacan, que eso es otra cosa). Esto es algo que también veo ilógico, porque si tanto reveindican su experiencia y tan altiva es la defensa que hacen de ella, ¿qué más les debe dar exponer una Unidad Didáctica que ya hayan trabajado en sus sesiones?, teniendo tanta experiencia deben tener el 10 asegurado, creo.

Es algo injusto e irónico ¿no?, un ejemplo, un interino "no blindado" que tenga justificado SÓLO UN DÍA  de servicio este año (es decir que comenzó a trabajar el pasado viernes 9 de marzo de 2012, y alomejor no lo vuelven a llamar más), si en las próximas oposiciones saca un 0, porque ha tenido mala suerte o no ha tenido tiempo para estudiar (ironía también), estaría colocado en la lista de sustituciones para el año que viene por delante de aquel opositor que, sin experiencia docente (pero que alomejor podría demostrar ser mejor maestro y tener quizás experiencia en el ámbito no formal), haya sacado un 10, y que, al no contar con una baremación suficiente de méritos, no haya sacado plaza por pocas milésimas de media.

Hablan de desigualdad de trato entre interinos "blindados" y "no blindados", de injusticias porque hay gente que, suponen, tienen tiempo para estudiar y siendo interino no se tiene tiempo para estudiar. Hablan de comprensión con el tema de la experiencia, y la reinclusión o recolocación en las bolsas de sustituciones porque ésta, la experiencia, cual piedra filosofal, se les antoja ser la única manera para demostrar la profesionalidad y competencia de un docente. En fin, hablan de tantas injusticias que a mi de nuevo se me ocurre, y me gustaría, poderles hacer una pregunta, "¿es justo que siendo interino se pueda alcanzar la máxima puntuación en el concurso de méritos, es decir un 10, y sin serlo sólo se pueda acceder a una puntuación máxima de 7?" Si hablamos de justicia tendríamos que fijarnos en la imagen y representción de la diosa griega Temis, quizás más conocida por Iustitia, como la llamaron los romanos. La diosa de la justicia, con los ojos vendados, muestra al pueblo una balanza en equilibrio. Pues bien, esa balanza es la que, para mí, creo no se tiene, y echo en falta, en este sistema de acceso, ya que considero que para todos los candidatos que optan a un mismo puesto de trabajo no existe igualdad ni equilibrio de oportunidades a la hora de poder acceder al mismo. Injusticia que se hace aún más irónica, y quizás notable o grande, si echamos mano de nuestra Carta Magna, La Constitución, que como bien expresa y defiende en su artículo 14, "los españoles son IGUALES ANTE LA LEY, SIN QUE PUEDA PREVALECER DISCRIMINACIÓN ALGUNA POR razón de nacimiento (...) o CUALQUIER otra CONDICIÓN (...).

En fin, si queremos justicia seamos justos y tengamos unas oposiciones justas, en las que el mejor tenga la oportunidad de demostrar que es el mejor. Unas oposiciciones en las que la nota de examen sea el principal valor para determinar quién es válido o no, y a partir de ahí que existan otros criterios para valorar quién es el mejor. Y si eres interino, no te preocupes, estudia lo que puedas y esfuérzate por demostrar que vales, y no dejes que "un niño" de 22 años recién salido de la facultad pueda quitarte tu puesto de trabajo (muy loable y con todo su derecho si lo hace claro), porque algo sabrás de tu temario, ya que, al menos te has tenido que presentar con anterioriodad en alguna ocasión, y además tu experiencia te capacita para desarrollar algún tema, ¿no?. Búsquemos un sistema justo, en el que la experiencia cuente, por su puesto, pero en el que todo el mundo tenga la oportunidad de demostrar, o al menos hacer ver, que se tienen capacidades para ponerse al frente de un grupo de alumnos. ¿Por qué no incluir entrevistas personales y valorar el currículum vitae en ámbitos relacionados con la especialidad a la que se opta?. Y luego queremos ser europeos..., si pusieramos atención a la forma en que se accede a la función pública docente en otros países... Incluso, es más, veo totalmente lícito, lógico y correcto, que cada cierto tiempo se examine al personal docente de los centros sustentados con fondos públicos, vamos, una especie de "oposición continua", y que no se me enfaden los interinos, porque con la experiencia, vuelvo a decir, seguro que tienen capacidad para demostrar que están actualizados y al día con las últimas tendencias educativas.

No quiero aburrir más a nadie, por lo que, para ir terminando, y cómo nos encontramos ya en fechas de campañas electorales, me atrevo a sacar un par de conclusiones de todo este movimiento pro-interinos:
1. El partido que gobierna Andalucía puede haber tenido una gran confusión y dicotomía a la hora de analizar los posibles votos que fueran a recibir en las próximas elecciones, por lo que para asegurarse algunos miles de votos, o así pueden pensar ellos porque ya después veremos, han decidido acceder a las peticiones de esos miles de interinos que les pedían atención reivindicando sus "derechos". Así pueden pensar que tanto gobierno como interinos salen ganando.
2. Por otro lado, y para mi lo que se me antoja más importante, interesante e inteligente, es que los interinos, temiendo por una posible "congelación" de las oposicones, y por tanto de sus puestos de trabajo, hayan pensado en colocarse en los puestos más altos posibles de las listas de sustituciones por lo que pueda llegar a pasar. Así algo de trabajo al menos se aseguran antes que otros opositores que, para ellos, no tienen derecho a trabajar por haber demostrado y sacado mejores notas en los diferentes ejercicios y pruebas de la última oposición.

En definitiva, que parece ser que, aquellos interinos que pretendiendo querer ser buenos maestros, están empeñados en no dejarlo ser a los que relamente quieren serlo.

"El que la lleva la entiende..."